Los pantalones de campana o flared pants han vuelto para quedarse. Confieso que me resulta difícil hacerme a la idea después de años de reinado de los pantalones pitillo o skinny jeans, pero no seré yo quién renuncie a esta tendencia que también reinó en mi armario durante variosaños. ¡Ya no!.
Crecí con pantalones vaqueros rectos o straight leg (¡cómo olvidar los Levi’s 501!) y entré en la adolescencia con la llegada de los pantalones de campana primero y los de pata de elefante después, mucho más excesivos que los primeros. Juré y perjuré que jamás los llevaría hasta que se convirtieron en los únicos que usaba.
Poco a poco el corte de los pantalones se fue estrechando con el auge de los boot cut o ancho de bota, muy ajustados hasta la rodilla y con ensanche progresivo hasta el pie, y que se convirtieron en mis pantalones favoritos ever. Más tarde llegó el pantalón de pitillo, totalmente ajustado de cintura a tobillo, del que también renegué una y otra vez. ¿Yo? ¡Jamás! No podía verme peor con ellos. Pero como ocurre con la mayor parte de las prendas, empiezas a verlos, y a verlos, y a verlos… Te compras un par «para ver si me encuentro», «la verdad es que no quedan tan mal»… Y la historia se repite hasta que no queda un solo pantalón en tu armario que no tenga esa hechura.
Así que como de los errores se aprende, no volveré a decir nunca. Parece que han venido para quedarse, tanto en los diseños más discretos como en los más arriesgados, y lo mejor será ir buscando un poco de inspiración para estar preparados cuando llegue el momento… ;)
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Quizá la opción más difícil y con la que no creo que llegue a atreverme es con el corte al tobillo, pero sin duda viene pisando fuerte:
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Vosotras, ¿ya os habéis animado con los flared jeans, o como yo aún os estáis haciendo a la idea? Espero que al menos la inspiración sirva de ayuda. ;)
¡Feliz Semana!