Hoy os traigo una receta sencilla, fácil y muy sabrosa que podréis poner en práctica este fin de semana si os animáis: tarta de piña invertida. El modo de elaboración es similar al de la tradicional Tarta Tatín, pero empleando en este caso una masa de bizcocho como base en lugar de la habitual masa quebrada o masa de hojaldre.
Ingredientes: azúcar, piña natural, masa de bizcocho.
Podéis utilizar la masa de bizcocho que hagáis normalmente (como por ejemplo, el archiconocido bizcocho de yogur, o cualquier otra receta de bizcocho que preparéis habitualmente). La próxima vez os cuento en el blog cuál es la receta estrella de bizcocho en mi casa que triunfa allá dónde vaya. ;)
Lo primero que haremos será caramelizar el molde en el que vayamos a preparar la tarta con azúcar y un poco de agua. Las cantidades variarán en función del molde que uséis.
Una vez caramelizado, cubriremos el fondo del molde con piña natural. Lo ideal es hacerlo con piña fresca, pero si como no la tenéis a mano en ese momento como yo, utilizaremos piña natural en su propio jugo y sin azúcares añadidos. Cubrimos toda la base del molde lo mejor que podamos, tratando de rellenar los huecos que nos queden con trocitos de piña.
Es el turno ahora de preparar la masa de bizcocho. Como os decía, podéis utilizar perfectamente la que hagáis normalmente en casa. Yo os contaré pronto cuál es la que yo utilizo normalmente.
Una vez tengamos lista la masa de bizcocho, la vertemos en el molde sobre la piña.
Introducimos el molde en el horno precalentado a 180ºC con calor por arriba y por abajo unos 45 minutos. Ya sabéis que los tiempos de horneado varían mucho dependiendo del horno que tengamos y cada uno conoce mejor que nadie el suyo. En cualquier caso, procurad no abrir el horno durante la primera media hora para que no se baje. Y para saber si ya está listo, como cualquier bizcocho, pincharemos en el centro con una aguja o palo de brocheta hasta que salga limpio.
Si veis que se dora demasiado por la superficie, podéis cubrirlo con papel de horno hasta que esté completamente hecho para evitar que se queme.
Cuando ya esté listo, sacamos del horno y dejamos enfriar completamente. No os preocupéis si la superficie ha quedado irregular porque como vamos a darle la vuelta, asentará igualmente.
En este momento si queréis, podéis pincharlo varias veces con un palillo y rociarlo con el jugo de la piña. Por supuesto no es necesario, cuestión de gustos, aunque en mi opinión queda aún más empapando el bizcocho de este modo.
Una vez que haya enfriado, desmoldamos dándole la vuelta sobre el plato o bandeja en la que vayamos a servirlo.
Y el resultado es una tarta sabrosísima y muy jugosa como se puede apreciar en las fotos. Si os gusta la piña, ¡tenéis que probarla! Si tenéis cualquier duda podéis dejar un comentario en el post, enviarme un correo o un instagram direct.
Espero que os animéis a hacerla y, por supuesto, me encantaría ver el resultado. :)
¡Qué tengáis un buen fin de semana!
¡¡Qué bien!! La verdad es que hace muchos años que no la hago y según la vi me acordé de lo sencilla que es y lo rica que está. Así que…, de este finde lluvioso…, ¡¡¡no pasa!!!
Gracias Ana… ¡¡se me está haciendo la boca agua!!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Es tan rica!! 😉
Me gustaMe gusta