Aunque el verano en Asturias de momento no ha dado señales de vida y la playa la hemos podido pisar poco, estamos aprovechando los fines de semana que la lluvia nos permite para visitar lugares que teníamos apuntados en la agenda desde hace tiempo.
Uno de ellos era la Cueva El Soplao situada en Cantabria, en la Sierra de Arnero, a unos 540 metros de altitud. Desde allí podemos disfrutar de unas vistas fantásticas sobre la Sierra de Peña Sagra, Los Picos de Europa, el Valle del Río Nansa y el Mar Cantábrico.
Descubierta a principios del siglo XX debido a la explotación de las minas de La Florida, es una maravilla geológica por las formaciones que alberga en su interior y que están perfectamente conservadas pese a los trabajos de minería que se realizaban en sus galerías.
A través del edificio principal y por un túnel que nos recuerda al interior de las minas, accedemos a los andenes en los que nos subiremos a la recreación del tren minero que nos traslada hasta el interior de la Cueva.
Es un plan perfecto para ir con niños porque la visita está perfectamente adaptada (también para las personas con movilidad reducida) y el recorrido es de aproximadamente una hora. A pesar de que la cueva tiene más de 20 km de galerías horizontales, el recorrido de la visita es de un kilómetro. La única precaución que debemos tener es llevar calzado cómodo y ropa de abrigo, porque la temperatura dentro de la cueva es de unos 12ºC.
Una vez dentro podremos apreciar la gran cantidad de estalactitas, estalagmitas, columnas, excéntricas… que se dibujan en su interior y que la convierten en una cavidad única. Éstas últimas, las excéntricas, llaman especialmente la atención ya que por el efecto de la capilaridad del agua, en lugar de formarse hacia abajo se forman en distintas direcciones.
Además de la visita turística habitual podemos realizar la visita de aventura, más larga que la convencional (unos 4 kilómetros y dos horas y media de duración). Sinceramente, nos supo a poco el recorrido de un kilómetro y ya estamos pensando en repetir con esta segunda opción. Se trata de una visita a las zonas menos accesibles de la cueva (apta para mayores de 12 años) pero sin dificultad, según nos informaba el guía turístico (ni alturas y espacios estrechos), en la que la principal diferencia está en que accedemos con una luz frontal ya que accedemos a zonas que no están iluminadas. La organización proporciona en este caso todo el equipamiento necesario (buzo, botas de agua y casco con luz).
Es aconsejable, sobre todo en las épocas del año de mayor afluencia, comprar las entradas de antemano por internet para la opción y la hora que más convenga, ya que corremos el riesgo de llegar allí y que el aforo esté completo. Si ya las habéis reservado, sólo tenéis que acercaros a la taquilla aproximadamente media hora antes de la hora de la visita, y canjearlas allí por los pases de acceso.
Y si el día lo permite, podéis disfrutar del entorno después de la visita. Como os decía al principio, la Cueva El Soplao está situada en una zona realmente bonita, y podemos aprovechar para pasar el día en la zona visitando algunas de las localidades cercanas como Santillana del Mar, Comillas o San Vicente de la Barquera.
Espero que disfrutéis del fin de semana, con sol o sin él. ;)
Pingback: Bosque de secuoyas en Cantabria | Parte de mi norte