Aprovecho el título de la zarzuela ¡Cómo está Madriz! de Miguel del Arco (que tuve el placer de ver hace unas semanas y que os recomiendo totalmente) para contaros cómo me encontré Madrid después de cinco años sin pisar sus calles. Madrid me encanta. Me encantan su bullicio y su caos, su diversidad y su mezcla, sus luces y sus sombras. Me gusta pasear tranquila por El Retiro, contemplar sus tejados desde alguna azotea, caminar sin prisa pero sin pausa por la Gran Vía o perderme por La Latina, Chueca o Malasaña.
Queríamos hacer y ver demasiado para los días que íbamos así que exprimimos el tiempo al máximo, y aunque nos quedaron muchas cosas pendientes para la próxima visita, siempre es una buena excusa para volver pronto y no dejar pasar otros cinco años.
Nos alojamos en los apartamentos Eric Vökel Atocha Suites (además de bonitos tienen desayuno y parking gratuito) y desde allí trazamos cada día nuestra ruta: Paseo del Prado, Cibeles, Neptuno, Plaza Mayor, Gran Vía, Plaza de España, Castellana, Serrano, Barrio de las Letras, Puerta de Alcalá, Retiro, Carrera de San Jerónimo, Palacio Real, la Almudena, Templo de Debod… ¡Cómo me gustas Madrid!
También tuvimos tiempo de reencontrarnos con amigos que hacía muchos años que no veíamos, tomarnos un Gin-tonic en The Roof mientras veíamos atardecer, disfrutar de un Panet de helado de chocolate y almendras en Rocambolesc, y hacer nuestra parada obligatoria en KFC (que no puede faltar si no tienes uno cerca).
El cansancio fue directamente proporcional a lo bien que lo pasamos…
¡Qué ganas de volver a verte Madrid! :)