Estos días son días de celebración, de familia, de reencuentros… También días de echar de menos, de hacer balance y de pensar mucho. Son fechas que no gustan a todo el mundo, que se viven de un modo especial cuando hay niños pequeños en casa, y que debemos disfrutar todo lo que podamos en la medida que sea.
Aprovechando el tiempo libre que nos traen las fiestas, intento disfrutarlo haciendo cosas que normalmente no puedo hacer sobre todo en esta época del año y a la luz del día. Largos paseos por los alrededores que además de quemar alguna que otra caloría (que falta hace en estas fechas) me hacen disfrutar del entorno tan bonito que tenemos.
Me gusta caminar con mi madre por las afueras porque me va explicando cada planta y cada cultivo que vemos. Y una que es muy de asfalto y muy poco rural, escucha atentamente intentando aprender algo. Como cuando me explicaba que esta planta que veis justo arriba la llamaban en el pueblo la hierba de la culebra (en caso de picadura se arrancaba y el jugo que soltaba actuaba como antídoto al menos el tiempo necesario hasta llegar a un médico). Lo malo es que por más atención que presto, al día siguiente ya no encontraría la planta por mucho que me esforzara. Lo mismo cuando me enseña cultivos… “Mira, esas plantas son tomateras, y esa de ahí es la planta de la alcachofa”. Nunca acierto.
Soy poco rural pero un rato de aire puro y naturaleza relaja a cualquiera. Y aunque atardece temprano y los paseos no siempre pueden ser muy largos, disfruto todo lo que puedo de la luz, del aire libre y del campo (que luego entra uno a trabajar de noche y sale de trabajar de noche y ya ni paseos, ni aire libre, ni nada de nada).
Espero que vosotros estéis disfrutando también los últimos días del año al máximo. El viernes nos veremos por última vez en este 2016 y será momento de hacer balance y dar la bienvenida al nuevo año al que recibiremos con los brazos abiertos.
¡Feliz última semana del año! :)