Machichaco en Vizcaya, Ajo en Santander, Peñas en Asturias, Estaca de Bares, Ortegal y Finisterre en La Coruña, Trafalgar y Tarifa en Cádiz, Gata en Almería, Palos en Murcia, La Nao en Alicante y Creus en Gerona.
Así me aprendí yo los cabos gracias a la seño Remedios, de memoria y de carrerilla, cosas de la E.G.B. No me ha servido para mucho más que para ganar algún quesito en el Trivial, pero la verdad es que cada vez que visito alguno de ellos me hace una extraña ilusión (por suerte o por desgracia, los golfos, los afluentes, las cordilleras… que aprendí de la misma forma no permanecen de retahíla en mi memoria).
Durante las últimas vacaciones aprovechamos un día bastante nublado para acercarnos hasta el Cabo de Palos en Cartagena (Murcia). Si hace día de playa, lo aprovechamos. Pero si el tiempo no es bueno o no parece que vaya a aguantar mucho, solemos irnos a pasar el día a otra zona para ir conociendo lugares nuevos.
Si os gustan los faros, éste sin duda merece la pena. Es bonita la construcción, el enclave en el que se encuentra y las vistas que nos ofrece.
Para acceder al faro debemos subir la pequeña colina en la que se encuentra, por un camino lleno de flores, cactus y algún que otro amigo que siempre encuentro en el camino.
Y si miramos hacia la izquierda, podemos ver La Manga del Mar Menor. Ésta peculiar lengua de tierra urbanizada durante la segunda mitad del siglo XX es la causante de la formación del Mar Menor, una gran laguna de agua salada separada del Mar Mediterráneo por el cordón litoral. Se trata de la albufera española de mayor extensión y constituye un espacio protegido.
Es una zona de fuerte turismo estacional en los meses de verano así que cuando la visitamos nosotros en el mes de octubre estaba prácticamente vacía, ni gente por las calles ni coches en la carretera. De todos modos fue una experiencia muy curiosa al ir conduciendo por una carretera que lleva el mar a ambos lados.
Desde la playa podemos contemplar a lo lejos el Faro de Palos, al igual que desde el faro divisábamos perfectamente La Manga.
Y el Mar Menor, en perfecta calma y con dos orillas… Podrá gustar más o menos, pero es sin duda un paisaje peculiar y curioso (a mi al menos me lo resultó).
Y mientras vosotros recorríais La Manga a través de las fotos de este post, yo estaré por fin de vacaciones. ¡Oh yeah! En mi querido Mediterráneo, al sol y sin nada que hacer más que descansar, desconectar y disfrutar. Recorrer y descubrir. Y aunque no estaré de vuelta hasta junio, os dejo preparadas algunas entradas para que os vengáis de vacaciones también conmigo.
¡Feliz Semana! ^_^